Y en un instante todo cambia y nos convertimos en nada. Desaparecemos. Volamos. No existismos. Porque así es todo: un día estamos y al siguiente, nada. Reímos y lloramos. Nacemos y morimos. Somos nada y en nada nos convertimos. Somos instantes que viven cada minuto con miedo de desaparecer en un segundo.
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