viernes, 2 de diciembre de 2011

Nueva Sección: Horrores de la Noche. Escrito por Gabriela. "La Curiosidad Mató Al Gato"

La familia Anderson era originaria de Pensilvania, llegaron a Londres una fría noche de Noviembre.
Cuando Charles salió esa mañana de su casa vio a los nuevos vecinos y a partir de entonces, comenzó a vivir su pesadilla.
Nicolas Anderson era un hombre de profundos ojos negros y su piel cetrina contrastaba con el pelo negro y repeinado. Su mujer era menuda y extremadamente delgada, tenía la mirada perdida y en sus azules ojos se dibujaban profundas ojeras.
Charles pensó en lo tétricos que parecían sus vecinos y quedó sorprendido al ver por la ventana de los Anderson pasearse una figura femenina aparentemente esbelta.
En los días sucesivos observó que al oscurecer y siempre a la misma hora la figura no para de deambular frente a la ventana, las cortinas dejaban translucir la delicada sombra. Durante el día la casa vecina parecía vacía, pero al llegar la noche las luces acudían y se oía una extraña música. 
Una noche la curiosidad de Charles lo llevó a acercarse y llamar a la puerta de sus vecinos. Mientras tocaba pensó rápidamente la excusa a dar, ya que no deseaba nada en particular, solo lo movía el interés de conocer lo que pasaba en el interior; La puerta se abrió y Charles quedó impactado por la belleza de la joven que apareció; le preguntó con voz profunda y dulce qué necesitaba a lo que Charles, con voz ronca y entrecortada le respondió, que si le hacían el favor de prestarle un poco de azúcar, se había quedado sin ella y aún que avergonzado se había atrevido a ir a pedirles ese favor, ya que era tarde y estaban los comercios cerrados. La muchacha sonrió, invitándole a pasar, mientras Charles esperaba a que le trajese el azúcar.
En el salón se escuchaba la extraña música y murmullo de voces acompasadas como en una letanía.
De repente, las voces se hicieron más fuertes y las luces se apagaron. Charles buscó desesperado y asustado el picaporte de la puerta, no conseguía encontrarla, hasta que por fin lo logró pero no consiguió abrirla, por más que tiraba de él, la puerta no cedía. Comenzaba a sudar, en el aire se olía un olor agrio, extraño, y las voces continuaban en un ritmo constante. Sintió una humedad recorrer su sudorosa cara, unas gélidas manos se aferraron a sus brazos y Charles sintió que su vida se escapaba. Buscó con desespero el interruptor de la luz y fue cuando al encenderse las luces vio con horror frente a él a la antes hermosa joven. Sus ojos ahuecados, el cuerpo putrefacto y la lengua como una serpiente viscosa que se introducía en la garganta de Charles, mientras le absorbía los intestinos. Notó que lo estaba vaciando y el frío de muerte se dibujo en su rostro.
Amanecía y Robert salió de su casa, para ir a la universidad, cuando quedó sorprendido con los nuevos vecinos, miró hacia la casa solitaria y pensó en lo raros que eran.

Gracias Por Leerlo, Esta Sección La Hará La Nueva Escritora: Gabriela.


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