En esta casa todos duermen. A veces entran vecinos y, aunque hacen mucho ruido, siguen durmiendo.
En otras ocasiones, los pájaros devoran toda nuestra comida, pero siguen inmersos en su sueño.
Sin embargo, yo nunca duermo. Bueno, eso no es del todo cierto: hubo una época en la que perdí la fe en todo y preferí dormir sin importar qué sucediese al otro lado de la puerta (o al otro lado de la cama). Aún así, acabé despertando de aquella horrible pesadilla y ahora el insomnio me persigue.
En esta casa todos ignoran lo que a gritos piden las paredes.
Solo duermen y dejan pasar las horas.
Juraría que he llegado a ver algún ojo entreabrirse para volver a cerrarse al instante. Supongo que el mundo onírico es más bello que este, aunque menos real.
En esta casa todos duermen, pero algún día podrían perder sus camas y sus sueños.
Yo no consigo conciliar el sueño y sé de algunos vecinos que tampoco lo consiguen.
No sé qué podrán estar soñando todos en esta casa. Lo que sí sé, es que si algún día soñara, lo haría con su despertar.
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